jueves, 1 de mayo de 2025
Primera prueba de Tomate Cherry Uvalina en la Huerta Escolar de la Escuela Normal Superior de Ubaté- PROYECTO AMBIENTAL ESCOLAR
Compré una caja de tomate maduro en el mercado Bogotano con una etiqueta de tomate orgánico Cherry variedad Uvalina, estaba de promoción y la etiqueta informaba que era proveniente de una empresa productora del municipio de Sutamarchán en el departamento de Boyacá. Mi intención inicial era la obtención de semillas del mismo porque había escuchado que este tomate pequeño crece bien en el altiplano cundinamarqués al aire libre, en especial quería sembrarlo en la huerta escolar. Me llamó la atención el hecho de que este tomate provenía de un cultivo orgánico, lo cual significa que no utiliza insumos agrotóxicos en su producción y sigue unos preceptos de manejo inteligente, de cuidado a la madre tierra, respetando la fertilidad de los suelos y la vida de la fauna acompañante representada en insectos y fauna de convertidores de materia orgánica del suelo. Ya había tenido la experiencia de visitar cultivos comerciales de empresas productoras de semillas de tipo convencional de diferentes variedades y de tomate Cherry o cereza que en invernaderos impresionan por su productividad y sus racimos con frutos redondos. Sabía también que le introducen insectos polinizadores como abejorros, que favorecen el tamaño de sus frutos y controladores biológicos para manejar las plagas. Sin embargo, las condiciones de la huerta escolar de la Normal Superior de Ubaté y de cualquier otro colegio público son bien diferentes por cuanto cuando se inician los proyectos de la huerta no siempre cuentan con un invernadero, riegos por goteo y mucho menos de la infraestructura para hacer que los tomates crezcan hacia lo alto manejando las podas. Se sabe que en estas condiciones se pueden alcanzar crecimientos hasta de 5 metros. Lo que más motiva es ver crecer la planta en estas condiciones de huerta escolar y observar sus bondades. Me gustaría en este escrito informarles sobre la historia del tomate en general antes de relatarles la experiencia de este año. El nombre del tomate procede del vocablo azteca tomatl. Su centro de origen se extiende desde Bolivia, Perú y Ecuador, aunque se cree que la planta fue domesticada por las culturas ancestrales suramericanas, también México es reconocido como lugar de domesticación es decir que su presencia desde tiempo atrás igualmente se ubica en Mesoamérica. El tomate tipo cherry corresponde a la especie Solanum lycopersicum var. cerasiforme, variedad botánica considerada como la forma ancestral del tomate cultivado y se encuentra diseminada en las regiones tropicales y subtropicales del mundo. Se conoce también como cereza, pajarito ó vagabundo. Las culturas precolombinas lo machacaban en morteros de piedra para fabricar salsas con las que aderezaban agregándole hierbas. El Botánico Enrique Pérez Arbelaez nos habla en su libro Plantas Útiles de Colombia de un libro llamado Flora Pintoresca y medicinal de las Antillas de 1827 donde aparece imagen y descripción de una especie denominada Morele Cerasiforme que él fundador del jardín Botánico de Bogotá reconoce como nuestro “Tomate Chiquito, “de la tierra” o “tomate uchuvo”.; Menciona que allí le enumeran propiedades como condimento y medicina antiespasmódica y narcótica. Ya la tercera edición de su libro del año 1954 Enrique Pérez nos refiere que varias expediciones buscaron en Colombia los tomates silvestres antecesores de las actuales variedades comerciales cultivadas de esas épocas. Es sabido que en Colombia hemos cultivado a partir de semillas importadas, aunque si se trata de variedades los campesinos y cultivadores siempre pueden obtener y seleccionar su propia semilla, que sería lo ideal. Después del descubrimiento de América no se sabe mucho de quién llevó la planta a España lo cierto es que desde allí se expandió su cultivo al mundo entero. Al principio en Europa se le consideraba como planta medicinal y ornamental por el color de sus frutos, en Francia se le designó con nombre lírico manzana del amor “Pomme d´amour” o manzana del paraíso, según algunos porque se creía que tenía propiedades afrodisiacas , en los catálogos antiguos que datan de 1760 figuraba como planta ornamental, pero años más tarde en el año 1778 ya se le reconoció como comestible. Hoy en día el tomate juega un papel relevante en la economía mundial. Internacionalmente extendido y cultivado por diferentes horticultores presenta en sus frutos los colores del arco iris y múltiples notas de sabor, representadas en variedades que alcanzan en la madurez colores, blancos, amarillos, anaranjados, rosados, rojos violetas, jaspeados e inclusive verdes. También goza de variabilidad en sus formas redondos, ovales, oblongos, con forma de corazón, y sus pesos puede variar considerablemente de unos pocos gramos hasta mas de dos kilos. A nivel nutricional el tomate es fuente de vitaminas E, A, C y Potasio. Algunas variedades son fuentes de Betacarotenos que se considera un agente anticancerígeno. Los tomates rojos son fuente de Licopeno que es un caroteno con potencial antioxidante y también tiene efectos contra varios tipos de cáncer además de proteger contra la ateroesclerosis y enfermedades cardiovasculares. En Europa se le valora enormemente, en especial dentro del círculo de los autosuficientes y horticultores de hobby, ellos lo empiezan a germinar en los meses de febrero en condiciones protegidos del frío y con luz artificial, para que puedan trasplantarlos en los meses de abril y mayo, con el fin que no lo maten las últimas heladas de finales de invierno, lo van consumiendo escalonadamente en el verano, cuando lo cosechan para comerlo fresco, deshidratarlo, o guardarlo en conserva para consumirlo en invierno, pues lo preparan en ausencia de hortalizas cuando no gustan de consumir alimentos importados. Reitero que esto es costumbre en el círculo de los autosuficientes, pues los ciudadanos del común compran el tomate importado desde España o Italia durante los meses de otoño invierno y primavera cuando no tienen oferta nacional. Es muy común que se reúnan y exhiban las variedades en ferias para intercambiar semillas y poder degustar diferentes variedades, así como probarlos en centros de investigación o en cultivos de huertas caseras en condiciones de agricultura ecológica. En Colombia sembramos con las lluvias, con los sistemas de riego, se pueden producir durante todo el año, tanto al aire libre como en invernadero dependiendo de la variedad , si se tiene suficiente suministro de agua y por lo general consumimos el tomate en fresco y en salsa de tomates industriales. El tomate es recomendado en las dietas saludables. En nuestro país conocemos algunos tomates como los tomates de mesa que denominan milano, especiales para acompañar hamburguesas y aparece en los catálogos que los frutos son de 260-300 gramos y uniformes, los tomates de tipo chonto, que es el más producido y consumido en Colombia tiene un peso de fruto entre 80 y 180 gramos. Ahora se ha venido popularizando el tomate Cherry cuyo nombre traducido al español sería el tomate Cereza por la forma de sus frutos los cuales se utilizan enteros en ensaladas, el peso de sus frutos es de 10 a 30 gramos. Por supuesto que en Colombia ya existen custodios de semilla que muy probablemente están produciendo especialidades de tomate y conectados en redes de intercambio, pero aún no hemos contactado con ellos. El primer paso siempre es tener los espacios funcionando y experiencias que compartir y haber logrado producir nuestra propia semilla. En la escuela normal sembramos 8 plántulas de tomate y sobrevivieron cuatro. Dos de las plantas que sobrevivieron fueron fertilizadas a la siembra con abono de lombriz, lo cual se ha expresado en una gran diferencia en el vigor y fortaleza de las plantas. El riego se ha hecho con regadera en la primera parte del año hasta que nuevamente vimos regresar la lluvia, y a falta de lluvia se continua con el riego a la base de la planta evitando mojar las hojas. Normalmente este tomate tipo Cherry como ya mencioné debe hacérsele una poda para hacerlo crecer en altura en un sistema que llaman tutorado que consiste en evitar que los frutos toquen el suelo, pero en el colegio no hicimos la poda y ha proliferado ramas laterales que hemos intentado sostener amarrando palos de escoba para alejar los frutos del suelo. La observación de la planta nos ha sorprendido en su desarrollo sanidad y productividad, de donde ya ha producido racimos de frutos que exhibimos en la feria de los proyectos transversales y con los estudiantes que participaron en la siembra hemos ido cosechando a medida que maduran y distribuyendo en el aula para consumirlo fresco. Todavía podríamos obtener nuevamente semillas viables permitiendo que el fruto madure en la planta, macerando y sacando las semillas envueltas en mucilago, que se dejan fermentar y luego se lavan y se dejan secar a la sombra. Solamente nos resta invitar a la comunidad a cultivarlo en sus casas en lugares que reciban buena luz del sol y donde se le pueda garantizar humedad suficiente y abonado orgánico. Durante la cosecha se pueden recoger los frutos a medida que van madurando para consumirlos en fresco o con múltiples recetas gourmet. Nos falta hacer experimentos en donde podamos mejorar la fertilización orgánica para lograr producir mayor cantidad que permita su procesamiento en forma de salsas y pastas de tomate, encurtido o incluso llegar hasta la deshidratación.
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